EVANGELIO
jueves, 30 de noviembre de 2023
Despertar (I Adviento. 3 de diciembre)
Adviento: presente, pasado y futuro (3 de diciembre)

jueves, 23 de noviembre de 2023
El Reino de la compasión (Domingo 26 de Noviembre)
Palabra del Señor
*

Los no-misericordiosos no entendieron que la calve de todo está en una vida de bondad y compasión, que la violencia, la avaricia y la soberbia son agentes de muerte, que las buenas palabras, los rezos y las ceremonias religiosas sólo son medios para un fin: amar sin límites. “Aquel día dirán muchos: "Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre expulsamos demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?”. ¿No fuimos asiduos a los rezos y las ceremonias? ¿No guardamos el domingo y cumplimos la abstinencia y el ayuno? “Y entonces les declararé: "¡No os conozco; apartaos de mí malvados!" (Mt 7,22-23). Una cosa les faltó: cumplir la voluntad de Dios Padre, que no es otra que amar.
Recuerda cómo en la parábola de el buen samaritano sólo uno quedó justificado, sólo uno alcanzó la verdadera vida, sólo uno logra la salvación: “el que tuvo compasión” –dijo el maestro de la ley. “Jesús le dijo: Vete y haz tú lo mismo” (Lc 10,37). No huyas de la práctica de la compasión refugiándote en rezos y prácticas devocionales. La llave de la Vida, más allá de credos y pertenencias religiosas, es tener un corazón compasivo. Jesús te aconseja: Busca ante todo el Reino de Dios y su justicia, procura vivir en el amor a los hermanos, y todo lo demás se te dará por añadidura (cf Mt 6,33). ¿Vale? Pues hala, ¡llena el vaso de agua fresca, porque están llamando a tu puerta!
jueves, 16 de noviembre de 2023
El amor se pierde si no se da (Domingo 19 de Noviembre)
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola:
«Un hombre, al irse de viaje, llamó a sus empleados y los dejó encargados de sus bienes: a uno le dejó cinco talentos de plata, a otro dos, a otro uno, a cada cual según su capacidad; luego se marchó.
El que recibió cinco talentos fue en seguida a negociar con ellos y ganó otros cinco. El que recibió dos hizo lo mismo y ganó otros dos. En cambio, el que recibió uno hizo un hoyo en la tierra y escondió el dinero de su señor.
Al cabo de mucho tiempo volvió el señor de aquellos empleados y se puso a ajustar las cuentas con ellos.
Se acercó el que había recibido cinco talentos y le presentó otros cinco, diciendo: "Señor, cinco talentos me dejaste; mira, he ganado otros cinco." Su señor le dijo: "Muy bien. Eres un empleado fiel y cumplidor; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; pasa al banquete de tu señor." Se acercó luego el que había recibido dos talentos y dijo: "Señor, dos talentos me dejaste; mira, he ganado otros dos." Su señor le dijo: "Muy bien. Eres un empleado fiel y cumplidor; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; pasa al banquete de tu señor."
Finalmente, se acercó el que había recibido un talento y dijo: "Señor, sabía que eres exigente, que siegas donde no siembras y recoges donde no esparces, tuve miedo y fui a esconder mi talento bajo tierra. Aquí tienes lo tuyo." El señor le respondió: "Eres un empleado negligente y holgazán. ¿Con que sabías que siego donde no siembro y recojo donde no esparzo? Pues debías haber puesto mi dinero en el banco, para que, al volver yo, pudiera recoger lo mío con los intereses. Quitadle el talento y dádselo al que tiene diez.
Porque al que tiene se le dará y le sobrará, pero al que no tiene, se le
quitará hasta lo que tiene. Y a ese empleado inútil echadle fuera, a las
tinieblas; allí será el llanto y el rechinar de dientes."»
¡Palabra del Señor!
* * *
La matemática espiritual descoloca al calculador. Conservar el capital recibido conduce a la ruina, regalar amor da siempre beneficios. "Al que tiene se le dará y le sobrará; pero al que no tiene se le quitará hasta lo que tiene” (Mt 25,29).
domingo, 5 de noviembre de 2023
La luz de la sabiduría (12 de Noviembre)
EVANGELIO Mt 25,1-13
"Dijo Jesús a sus discípulos esta parábola:
«Se parecerá el reino de los cielos a diez doncellas que tomaron sus lámparas y salieron a esperar al esposo. Cinco de ellas eran necias y cinco eran sensatas. Las necias, al tomar las lámparas, se dejaron el aceite; en cambio, las sensatas se llevaron alcuzas de aceite con las lámparas. El esposo tardaba, les entró sueño a todas y se durmieron.
A medianoche se oyó una voz: "¡Que llega el esposo, salid a recibirlo!" Entonces se despertaron todas aquellas doncellas y se pusieron a preparar sus lámparas. Y las necias dijeron a las sensatas: "Dadnos un poco de vuestro aceite, que se nos apagan las lámparas." Pero las sensatas contestaron: "Por si acaso no hay bastante para vosotras y nosotras, mejor es que vayáis a la tienda y os lo compréis."
Mientras iban a comprarlo, llegó el esposo, y las que estaban preparadas entraron con él al banquete de bodas, y se cerró la puerta. Más tarde llegaron también las otras doncellas, diciendo: "Señor, señor, ábrenos." Pero él respondió: "Os lo aseguro: no os conozco."
Por
tanto, velad, porque no sabéis el día ni la hora.»"
¡Palabra del Señor!
*
Nota: Advierto que el comentario gira principalmente sobre la primera lectura, del libro de la Sabiduría, 6,12-16:
"La sabiduría es radiante e inmarcesible, la ven fácilmente los que la aman, y la encuentran los que la buscan; ella misma se da a conocer a los que la desean. Quien madruga por ella no se cansa: la encuentra sentada a la puerta. Meditar en ella es prudencia consumada, el que vela por ella pronto se ve libre de preocupaciones; ella misma va de un lado a otro buscando a los que la merecen; los aborda benigna por los caminos y les sale al paso en cada pensamiento".
¡Palabra de Dios!
La sabiduría de Dios, por tanto, sale a tu encuentro; y para dejarte alcanzar por ella sólo te pide entrar en silencio contemplativo para, de este modo, abrir tu mente y tu corazón.
"Pensar en la sabiduría es prudencia consumada, y quien vela por ella, pronto se verá sin afanes” (Sab 6,14) . Según ésto, una de las actitudes cristianas más importantes relacionadas con la sabiduría es la vigilancia; y de ello nos habla la parábola de las diez vírgenes (Mt 25,1-13). La vigilancia es la virtud de los que esperan, y también de los sabios.
* La primera virtud es el amor (caridad), porque nadie está expectante y alegre esperando que venga algo que no quiere o alguien a quien no ama; si no tienes amor ni a Dios ni al prójimo, no esperarás nada de ellos; con amor adquirirás el conocimiento que no se adquiere con las letras y los números. Se trata de una amante espera orante. Lo dice santa Teresa, que de esto sabía mucho: no consiste la cosa en "hablar mucho, sino en amar mucho".

¡Estate alerta! Que nada acabe devorando la sabiduría que has adquirido en la cercanía de Jesús. Mantente firme y alcanzarás el premio; se colmarán todas tus esperanzas. Si te mantienes vigilante y fiel no sólo adquirirás la sabiduría necesaria para vivir con gozo el día a día de tu vida, sino que, además, te estarás garantizando el triunfo definitivo, cuando el Señor te lleve con él en la resurrección final (cf 1 Tes 4,13). Entrarás entonces en el banquete de bodas preparado para los que esperan al Esposo con sus lámparas encendidas (cf Mt 25,10).
La tentación mesiánica (I Cuaresma)
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