miércoles, 11 de junio de 2025

Novena Trinidad 2025 (7). Omnipresencia

    Santísima Trinidad - 7

Omnipresencia

"Dios es presencia (eternidad)"

TEXTO BÍBLICO

Apoc 1,8

"Dice el Señor Dios: «Yo soy el Alfa y la Omega, el que es, el que era y ha de venir, el todopoderoso»”.

* * *

REFLEXIÓN  

Hemos contemplado y reflexionado en los días pasados sobre la Santísima Trinidad como Omnipotente (todopoderoso) y Omnisciente (todo lo sabe y lo conoce); hoy lo hacemos sobre la potencia divina que nos permite decir que es Omnipresente. 

Tal vez nos resulte un tanto extraño, pero hemos de admitir que de los tres tiempos, presente, pasado y futuro, sólo uno existe: el presente. El pasado fue y no volverá y el futuro sólo existe como probabilidad. 

Si hacemos un pequeño esfuerzo mental descubrimos que somos seres históricos, lo cual quiere decir que estamos limitados por el espacio y el tiempo; existimos en un tiempo y un espacio concretos; no podemos estar aquí y en otro sitio a la vez; y tampoco podemos estar en el hoy y en otro tiempo distinto. Salir de esta limitación es entrar en otra dimensión de la realidad: la eternidad, donde no hay ayer ni mañana, sólo hoy, tiempo presente; es lo que llamamos eternidad,  vivir en todos los lugares y en todos los tiempos al unísono.

Solemos decir que Dios está en todas partes; y también en todos los tiempos. Nos  atrevemos a decir que en la vida divina, en lo que llamamos “cielo”, no hay espacio ni tiempo, porque es el absoluto espacio y tiempo. Eso es la eternidad. Y de Dios, que es eterno, podemos decir que está presente en todos los tiempos: ayer, hoy y mañana; Como dice el texto que abre esta entrada, del libro de la Revelación (Apocalipsis), Dios es "el Alfa y la Omega, el que es, el que era y ha de venir, el todopoderoso»(1,8).

Al recientemente fallecido J. D. Martin Velasco, un conocedor entusiasta de la teología y  apasionado por la espiritualidad, le preguntaron en cierta ocasión cuál es para él la mejor definición de  Dios; y respondió que no hay mejor palabra para definirlo que "presencia", Dios es presencia.

Creer que Dios es presencia es aceptar que a Dios sólo se le puede recibir y amar en el presente; y que está presente en todas partes. Por eso tal vez no hay que salir a buscarle sino simplemente abrir los ojos del alma para verlo. Y eso hay que hacerlo hoy y aquí, porque ayer ya no existe y mañana nunca llega.

Mientras estás leyendo esto puedes distraerte  y estar mentalmente en otro sitio y otro tiempo, que a la postre son falsos. Nuestros pensamientos nos llevan de viaje al pasado o al futuro. Sólo cuando pienso “estoy pensando” estoy en el presente. ¿Por qué no hacemos hoy en la novena un pequeño ejercicio de presencia?  

Vamos a pararnos 2 minutos para hacernos presentes a Dios. Simplemente acallamos la lengua, procuramos acallar y silenciar el cuerpo manteniéndolo relajado (ayuda mucho cerrar los ojos y soltar tensiones). Intentamos callar los pensamientos repitiéndonos en nuestro interior. “¡Santísima Trinidad, Dios amigo, estás aquí, estoy aquí!” ... 

(Permanecemos en silencio 2 minutos).

Dios es presencia. Basta abrir las puertas del alma para percibirle y sentirle dentro. Podemos pasar por la novena y las fiestas de la Santísima Trinidad de puntillas, tocando sólo la superficie; y podemos pasar también de puntillas por la vida. Pero la vida tiene hondura; Dios tiene hondura y profundidad; lo que celebramos tiene peso espiritual, y es importante dejar entrar las cosas espirituales en el silencio del alma.

En la oración de san Gregorio nacianceno que repetimos cada día se dice esto:

Todos los seres te celebran,
los que hablan y los que son mudos.
Todos los seres te rinden homenaje,

El deseo universal, el gemido de todos,
suspira por ti. Todo cuanto existe te ora,
y eleva hasta ti un himno de silencio.

Dios es presencia, pero no lo vemos, ni oímos, ni palpamos, ni olemos su perfume, ni gustamos su dulzura, porque vivimos en el ruido de las cosas, volcados hacia afuera. Cuando hacemos silencio percibimos que Dios está presente en la creación (agua, sol, montañas, ríos, árboles, flores, animales, etc.. ) y en la historia (¡cuántas veces he percibido, su paso por mi vida! He sentido que allí estaba: en mi enfermedad, en mi curación, en el nacimiento de mi hijo, en la muerte de mis padres, ...).  

Más que imágenes o discursos necesitamos experiencia de Dios, encuentro directo con Él Sólo en el encuentro (abrazo) con Dios queda satisfecha el alma. Por eso santa Isabel de la Trinidad en su oración de Elevación a la Santísima Trinidad suplica a Dios: "Sumérgete en mí para que yo me sumerja en Ti". Lo mismo que pide san Juan de la Cruz en el Cántico Espiritual:

Descubre tu presencia,
y máteme tu vista y hermosura;
mira que la dolencia
de amor, que no se cura,
sino con la presencia y la figura.

*

Ahora, ahí donde estás, está también la Santísima Trinidad; sólo tienes  que abrir alma a su presencia; porque Dios te encuentra en el día y el lugar en que estás. Si ya lo sentiste antes, da gracias, y si aún no lo has sentido no esperes hallarlo soñando en un fantástico día futuro; está aquí y ahora. Dios es Presencia, preséntate a Él y entrégale la ofrenda de tu vida.

*
11 de Junio de 2025
Casto Acedo.

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