No me cansaré de repetirlo, por la importancia del tema: hay tres pilares que son esenciales en la vida de una parroquia, si falta alguno de ellos la parroquia está coja y abocada a desaparecer. Estos son los pilares:
1. FORMACIÓN.
Formación prebautismal, Catequesis de niños, adolescentes y jóvenes, formación prematrimonial, formación de adultos, estudio de la Biblia, cursos, charlas, etc.
Objetivo: CONOCER nuestros orígenes y nuestra misión, tomar conciencia de nuestro ser cristiano, saber quienes somos como personas y como Iglesia, … se trata de salir de el pecado mayor de la humanidad y del creyente: la "ignorancia", no saber quin soy y para qué vivo.
En este apartado se trata de aclarar desde la fe quien soy en cuanto persona humana y en cuanto cristiano.
La falta de formación hace que se pierda el norte y se acaba por reducir la parroquia, como mucho, a una "estación de servicios donde se administran sacramentos", y nada más. Cuando es así no es una parroquia sino un "club de ceremonias", de cumplimiento (entiéndase cumplo y miento).
2. LITURGIA.
Misas, bautismos, confirmaciones, matrimonios, entierros, momentos y retiros de oración, procesiones, coro parroquial, grupos de lectores y moniciones, etc.
Objetivo: CELEBRAR nuestra fe y pertenencia a una comunidad. …
Quien no celebra es que no vive. Y no hay duda de que el enfoque, el interés y el calor de las celebraciones (misas, oración, procesiones, etc...) es un termómetro muy fiable de la verdad de la fe y la vida de un parroquia.
Cuando no hay asistencia a las celebraciones es que no se tiene sentido de comunidad y familia. ¿Os imagináis una familia que no se vea nunca y donde sólo aparecieran los miembros para pedir algún servicio a cambio de un pago? Así es cuando se acude a la Iglesia sólo para exigir que se atiendan las necesidades rituales (comunión, entierro, boda, ...). Como si fuera un "local comercial". Pago y recibo. Qué pena. Eso no es celebrar la fe sino negociar.
3. COMUNIÓN DE VIDA.
No sólo somos cristianos por nuestras ideas o nuestras celebraciones (sentimientos), también por amar obrando como Cristo ama y actúa. En dos vertientes:
a) Entre nosotros (ad intra, hacia dentro): Encuentros de convivencia entre los parroquianos, excursiones, buena relación entre hermanos de comunidad parroquial, vida de hermandad, etc. …b) Con todo el mundo (ad extra, hacia fuera): Cáritas (escucha y acompañamiento de personas que viven en soledad o con problemas, ayudas puntuales a necesitados, DOMUND, “Campaña contra el hambre”, visita y atención a enfermos), actividades culturales, buenas relaciones con otras instituciones, etc.
El objetivo de este apartado es claro: AMAR. expresar con hechos nuestra vocación cristiana a la compasión universal, más allá de creencias, religiones, ideas políticas, cultura o estatus social, vivir encarnados en el mundo aportando nuestra colaboración en todo lo bueno. "Amaos como yo os he amado", dice Jesús.
Amar es salir y dar. El amor, cuando se cierra en sí mismo y se reserva se muere. La comunidad cristiana se caracteriza por su no-agresividad, su aceptación de la realidad en que vive cada cual con paciencia (con espíritu de paz), aunque sin renunciar a cambiar para mejor la relación con los demás y las situaciones sociales que sean mejorables. Ir a misa y dar la espalda al hermano y al mundo es "no ir a misa"; el efecto de rezar para justificar "malas artes" es negativo, porque te asienta en la soberbia de creer que ya estás convertido.
* * *
A fin de crecer en el apartado 1: FORMACIÓN, tocando tangencialmente los otros dos, vamos a comenzar a vernos como parroquianos, quienes libremente puedan y quieran,
*en Trujillanos los Martes de 7,30 a 8,30 en el salón Parroquial,
*en san Pedro de Mérida, los Jueves de 7,30 a 8,30 en la Casa Parroquial.
Transversalmente hablaremos de nosotros y de nuestra parroquia, sobre todo acerca de cómo nos vemos, como vemos la Iglesia, qué creemos que nos falta o le falta a la parroquia, dónde estamos acertando, dónde nos equivocamos, cuál es la tarea personal y comunitaria de cada uno, cuál debiera de ser, etc…
La formación cristiana abarca las tres vertientes que hemos señalado: Saber sobre la fe (¿qué idea tengo de lo que es creer?), sentir o celebrar la fe (¿cómo me siento y qué siento en los momentos de oración, en misa, en las demás celebraciones? ) y vivir en el amor compasivo de Cristo (¿estoy satisfecho de mi vida? ¿Amo lo suficiente para ser feliz? Presupongo que amar es "ser feliz" y obsesionarse por "ser amado" es el caldo de cultivo de la infelicidad).
En los encuentros que propongo y a los que invito, podremos, en pequeñas dosis, ahondar en este “trípode”:
a) Un primer momento de celebración-oración (10 minutos)b) Unas enseñanzas que nos sirvan de formación. A partir de los textos bíblicos del domingo siguiente a la reunión (30 minutos)c) Un tercer momento para decidir -íntimamente- qué debo cambiar en mi vida, para aclarar las implicaciones que lo que hemos tratado tiene para mi vivir diario. Aquí, además de lo que cada cual cree que personal, familiar o socialmente se debe exigir, se puede incluir el compromiso que debo tener para con la parroquia (20 m)
Para esto, os espero en la reunión que indico, el martes en Trujillanos y el Jueves en san Pedro. Sobre la marcha vamos viendo lo que más necesitamos para incidir en ello. Bendiciones.
Casto Acedo, párroco.
No hay comentarios:
Publicar un comentario