domingo, 31 de diciembre de 2023

Felíz año nuevo (1 de Enero)



En cierta ocasión en que estaba sometido a un frenesí de actividad estresante, hubo alguien que iluminó mi situación con palabras que me hicieron recapacitar sobre el sentido del tiempo: “¡No corras -me dijo-, ¿a qué tanta prisa? No te agobies, no seas esclavo del tiempo. Vive con gozo cada momento porque el tiempo ya ha sido redimido por Jesucristo!”. Recapacitando entendí que si la salvación que trae Jesús alcanza a todos y a todas las cosas, el tiempo también ha sido liberado de lo que pudiera tener de opresivo. Visto así está claro que no es muy cristiano entrar en un estado de estrés a causa de la angustia de no poder llegar con tiempo a todo lo que se desea. 

Cuando mi vida se acelera recuerdo esas palabras: “El tiempo ha sido redimido”, y de una visión y experiencia del tiempo como Kronos, dios griego que devora a sus hijos, paso a la de Kairós, visión del tiempo redimido por el Señor, tiempo de gracia y salvación (cf 2 Cor 6,2). Hago así mía la Palabra que dice que por mucho que me esfuerce por estirar mis horas coleccionando preocupaciones, aunque sea con la mejor intención de ayudar a otros, no voy a añadir un solo minuto a mi vida (cf Mt 6,27).

*

El comienzo de un año nuevo me pide reflexionar sobre mi forma de entender el tiempo, me incita a darme un paseo por la memoria y constatar cómo vivo mis horas y mis días, si sometido al curso del reloj dejándome comer por él o ejerciendo mi dominio con libertad siendo dueño del mismo. La Parábola de los talentos dice que los años que recibo como don han de ser negociados. “Al cabo de mucho tiempo vuelve el Señor a ajustar cuentas con sus empleados” (Mt 25,19). También yo en estos días, como si de una empresa comercial se tratara, entro en periodo de balance y programación serena. ¿Qué ha significado el año 2022 para mi vida? ¿En qué momentos he sentido a Dios más cerca? ¿Cómo he vivido la dimensión cristiana de mi vida profesional y familiar? ¿Cuándo y en qué circunstancias me he sentido más cercano a Dios, a mi prójimo y a mí mismo? ¿He santificado o he profanado el tiempo que se me ha dado? En resumen: ¿Cómo he negociado mi tiempo? Puntos para meditar sin prisas, saboreando el regalo de  la vida.

¡Qué bueno poder gozar los regalos que Dios nos ha hecho en el último año! Y qué bueno también poder reconocer los errores que cometimos y que aún estamos a tiempo de corregir. Hacer una lista de agradecimientos y tareas puedes ser una buena forma de abordar el año 2024. Pero no hagas propósitos, no agobies tu vida cargándola de expectativas; contempla tu deseo de cambiar, contempla tu vida nueva, y disfrútala ya . Hazme caso; con la venida de Jesús, con la irrupción de Dios en la historia, ya todo es presente, todo está aconteciendo. Se ha cumplido la profecía de Isaías.  "No recordéis lo de antaño, no penséis en lo antiguo;  mirad que hago algo nuevo; ya está aquí, ¿no lo notáis? Abriré un camino en el desierto,  corrientes de agua en el yermo" (Is 43,9).

Tu tiempo está redimido, no te estreses, no caigas en la esclavitud de las prisas, no dejes que Kronos te devore y ábrete al Kairós, a la eterna presencia de Dios. Tendrás un buen año. Bendiciones.


¡FELIZ AÑO NUEVO!
¡FELIZ VIDA NUEVA!
*

Nota: Puedes leer un comentario más amplio para el día 1 de Enero, que incluye una reflexión sobre santa María Madre de Dios y sobre la paz,  en este blog, entrada del año pasado: 

Diciembre 2023
Casto Acedo 

jueves, 28 de diciembre de 2023

Sagrada familia (31 de diciembre)


LECTURA
DE LA CARTA DEL A PÓSTOL SAN PABLO 
A LOS COLOSENSES 3, 12-21

Hermanos:

Como elegidos de Dios, santos y amados, revestíos de compasión entrañable, bondad, humildad, mansedumbre, paciencia.

Sobrellevaos mutuamente y perdonaos, cuando alguno tenga quejas contra otro.

El Señor os ha perdonado: haced vosotros lo mismo.

Y por encima de todo esto, el amor, que es el vínculo de la unidad perfecta.

Que la paz de Cristo reine en vuestro corazón: a ella habéis sido convocados en un solo cuerpo.

Sed también agradecidos. La Palabra de Cristo habite entre vosotros en toda su riqueza; enseñaos unos a otros con toda sabiduría; exhortaos mutuamente.

Cantad a Dios, dando gracias de corazón, con salmos, himnos y cánticos inspirados.

Y, todo lo que de palabra o de obra realicéis, sea todo en nombre de Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él.

Mujeres, sed sumisas a vuestros maridos, como conviene en el Señor. Maridos, amad a vuestras mujeres, y no seáis ásperos con ellas.

Hijos, obedeced a vuestros padres en todo, que eso agrada al Señor. Padres, no exasperéis a vuestros hijos, no sea que pierdan el ánimo.

Palabra de Dios


En la fiesta de la sagrada familia hay una pregunta que deberíamos hacernos: ¿Qué está pasando con la familia cristiana? Porque es evidente que el modelo de familia que ha imperado en nuestra sociedad hasta no hace mucho ha sido el de una pareja heterosexual, casada por la Iglesia y regida según los criterios de unidad, fidelidad, indisolubilidad y fecundidad; y da la sensación de que estas propiedades esenciales del matrimonio y familia cristianos no atraviesan momentos de simpatía.

La transición democrática y la ley de divorcio aprobada en España en junio de 1981 dio paso a un nuevo estado de cosas en lo que se refiere al modelo de familia imperante hasta entonces. Hasta ese momento la realidad de la familia tenía como único punto de referencia el matrimonio eclesiástico. Casarse por la Iglesia no era una elección sino, en cierto modo, una obligación. Y un matrimonio sutilmente condicionado por presiones políticas o sociales no es ciertamente lo más adecuado para ser llamado cristiano, porque sin libertad no puede haber tal matrimonio. Ya apuntábamos en este blog que una cosa es “casarse por la Iglesia” y otra muy distinta “casarse en el Señor” (cf La identidad de la familia cristiana).  Son muchas las parejas que hasta hace poco se casaban por la Iglesia, pero cada vez más escasas dentro de estas las que lo hacían con un sentido de fe y comprensión cristiana del amor y la familia. 

La opción por el contrato matrimonial como forma de vivir en pareja parece estar en franca decadencia en los últimos tiempos; basta comprobar la disminución de bodas celebradas tanto en las Iglesias como en los juzgados. ¿Qué está pasando? Me atrevo a decir que vivimos un cambio cultural que afecta de lleno a la institución familiar. 

Reseñaría Como causa primera de la crisis familiar que padecemos podríamos señalar al individualismo y el poco interés por la dimensión espiritual de la vida. La vida matrimonial y familiar, se sea religioso o no, requiere una espiritualidad, un modo de entender las relaciones de pareja, en la que el amor de donación gratuita ocupe el centro. Y no está muy d moda entre nosotros este amor en gratuidad. En una sociedad narcisista e interesada el amor tiende a ser comprendido como un elemento más del juego del “te doy para que me des” (do ut des), es decir, el valor de la gratuidad (donación sin interés, sin esperar nada cambio), tan necesario para una sana y adecuada convivencia familiar, no goza hoy de mucho prestigio.


Amor cristiano

¿En qué consiste ese amor tan esencial a la vida en pareja y único garante para una vida  familiar sólida? El texto que se proclama hoy de la carta de san Pablo a los Colosenses (3,12-21) ofrece unas claves esenciales para una intelección y renovación del matrimonio y familia cristianos. 

Primeramente, da a entender el apóstol,  se ha de tener conciencia de ser “elegidos, santos y amados”, es decir, consciencia de ser sujetos de un amor inmerecido. Hay una felicidad y alegría interior en quien se sabe “santo y amado” que le dispone de modo natural a vivirse en donación. La conciencia del amor recibido dispone al alma a dar ese amor. Bonum est diffusibum sui, el bien, por sí mismo, por su propia naturaleza, tiende a difundirse. 

Desde ese reconocimiento del valor de uno mismo al contemplarse desde la mirada amorosa de Dios, se pueden seguir las recomendaciones que a continuación se dan en la carta“revestíos de compasión entrañable, bondad, humildad, mansedumbre, paciencia”. El hombre viejo es movido por el interés, el egoísmo, las pasiones carnales,… El hombre nuevo se reviste de Cristo y nutre su vida espiritual con los dones de su amor, un amor vivido en la “dimensión de la cruz”, es decir, amor que se sobrepone a las dificultades de la convivencia. 

“Sobrellevaos mutuamente y perdonaos cuando alguno tenga queja contra el otro”. Esto es llevar la cruz. ¡Cómo recuerda esta frase las palabras con las que Jesús en la cruz pide al Padre perdón para los mismos que le han crucificado! (cf Lc 23,34). Este ejercicio de ascesis es básico para madurez de la vida matrimonial y familiar. Se da a entender aquí que el amor conyugal y de familia es una decisión, una “determinada determinación”, un entusiasmo por afrontar cuantos obstáculos se opongan a su realización. Sin esta decisión es imposible el éxito en la vida familiar. Dios llama y ayuda, pero no hará lo que tú puedes hacer. “El Señor os ha perdonado: haced vosotros lo mismo”; Dios no pide nada que Él mismo no haya hecho antes. 

Y la pieza clave: “Por encima de todo eso, el amor, que es el vínculo de la unidad perfecta”. A la ascética le sigue la mística. Si el esfuerzo por trabajar la comunicación y el entendimiento entre los miembros de la familia es importante, más lo es la meta a la que esos trabajos conducen: el amor, definido aquí como “vínculo de la unión perfecta”. Esto es precioso de saber y de vivir. Este amor es la piedra angular de todo el edificio comunitario y familiar. El vínculo capaz de hacer de dos una sola cosa no es otro que el Espíritu Santo, Dios-Amor obrando, vinculando, uniendo. 

Decía san Agustín que en la Santísima Trinidad conviven en unidad el amante (Padre), el amado (Hijo) y el amor (Espíritu Santo). Jesucristo desea esa misma unidad para todos los hombres: “que todos sean uno como tú y yo somos uno” (Jn 17, 21).  El matrimonio y la familia como comunidad (iglesia doméstica) se fundamentan en la fe de que es el Espíritu Santo el que une en el amor a sus miembros. No es mi amor el que perfecciona a mi vida conyugal y familiar, sino el amor de Dios que está en medio de ella. 

Paz y  gratitud.

Tras esta lección acerca de las relaciones personales, san Pablo se prodiga en bendiciones y deseos. Como si la comprensión de ese inmenso amor de Dios llevara sin esfuerzo alguno a otros bienes inefables. “Que la paz de Cristo reine en vuestro corazón; a ellas habéis sido convocados en un solo cuerpo”. La vida en común es una llamada a la paz, a la seguridad de unas relaciones fundadas en el protagonismo de Cristo. 

Y con la paz la gratitud: “Sed también agradecidos”; un corazón agradecido se fija más en lo que recibe que en lo que da, y no es exigente sino generoso Y así es quien no mira sus relaciones desde la filosofía del mundo, sino desde la sabiduría de Dios, por eso dice “La Palabra de Cristo habite en vosotros en toda su riqueza; enseñaos unos a otros con toda sabiduría; exhortaos mutuamente”. Hermoso este último consejo que invita al diálogo, a darse mutuamente ánimos, a compartir entre esposos y familia la esperanzas y experiencias de vida aprendidas en del evangelio. 

Sigue el texto de Colosenses invitando a la alabanza: "Cantad a Dios dando gracias de corazón”, y a ser ejemplares en el hablar y el hacer: ”Que todo lo que de palabra o de obra realicéis sea todo en nombre de Jesús, dando gracias a Dios por medio de él”.


¿Autoridad del marido sobre la mujer?

Finalmente san Pablo da un giro remitiéndose a lo concreto de las relaciones familiares; y lo hace con unas palabras que han de ser leídas en el contexto cultural de una sociedad patriarcal: “Mujeres, vivid bajo la autoridad de vuestros maridos, como conviene en el Señor. Maridos, amad a vuestras mujeres, y no seáis ásperos con ellas. Hijos, obedeced a vuestros padres en todo, que eso le gusta al Señor. Padres, no exasperéis a vuestros hijos, no sea que pierdan los ánimos”. 

No pasa desapercibida para la sensibilidad feminista la afirmación “mujeres, vivid bajo la autoridad de vuestros maridos”. ¿Consagra esto algún tipo de superioridad del varón sobre la mujer? ¿No hay igualdad de dignidad entre esposo y esposa? Creo que no podemos extraer de aquí conclusiones descontextualizadas. Basta prestar atención a todo lo dicho con anterioridad para no caer en una lectura fundamentalista de esta frase. 

También se dice a continuación: “maridos, amad a vuestras mujeres y nos seáis ásperos con ellas”, y si este consejo no vemos inconveniente en aplicarlo también a la mujer, ¿porqué no referir  el primero también al marido? Un cristianismo del siglo XXI no puede caer en el error de justificar supuestas superioridades por razón de sexo o género. El sensus fidei -sentido global de un texto a la luz de toda la escritura- nos remite a considerar el trato y consideración dados por Jesús a la mujer, revolucionario en su tiempo. Y desde esa visión evangélica debemos leer estos últimos párrafos, que no apunta sino a que se lleve a la práctica en la convivencia familiar todo lo que se ha expuesto antes: amor, compasión, perdón.

* * *

En esta fiesta de la Sagrada familia, demos gracias por el  inmenso don de poder disfrutar de unos padres, unos hijos y unos hermanos. Y cuando no se tienen, o hay problemas de por medio, no dejemos de predicar y aspirar al “amor como vínculo de perfección”. 

Jesús nació, creció y vivió en una familia. Se nos está diciendo con ello que la realidad familiar es algo querido por Dios y por lo que merece la pena trabajar. ¿Cómo? Esforzándonos por escuchar, acoger, animar a todas las personas que viven situaciones familiares difíciles; y siendo conscientes de que para una renovación de la vida familiar según Cristo no basta nuestra ascesis; hay que dar paso al “amor de Dios”, al Espíritu Santo como vínculo de unión, tal como hemos anotado. 

Comenzábamos diciendo que la familia cristiana, o mejor la institución familiar, está en crisis. Muchos son los que se sienten desorientados espiritualmente ante los "nuevos modelos de familia". En la consideración de esta realidad no olvidemos el “principio misericordia” evitando condenar a las personas sólo por el hecho de que su relación de pareja o modelo de familia nos descoloque.

Cualquier crisis en la vida familiar, lo hemos dicho antes, suele ser consecuencia de una crisis más amplia: la crisis de espiritualidad y de religiosidad derivada de ella. ¿Qué hacer para poner en valor la familia cristiana? Algo tan simple como poner a Cristo en el centro de mi vida personal y familiar. La renovación de la espiritualidad familiar no vendrá por leyes y condenas sino por el testimonio de amor que demos en nuestros hogares. Los consejos que da san Pablo en la carta a los tesalonicenses bastan para nutrir una espiritualidad familiar digna del nombre de Jesucristo. 

Felicidades a todas las familias. Y gracias, Señor, por este don que a veces no sabemos valorar hasta que nos falta.
*
Diciembre 2023. 
Casto Acedo

domingo, 24 de diciembre de 2023

NAVIDAD (25 de diciembre)

EVANGELIO

Sucedió en aquellos días que salió un decreto del emperador Augusto, ordenando que se empadronase todo el Imperio. Este primer empadronamiento se hizo siendo Cirino gobernador de Siria. Y todos iban a empadronarse, cada cual a su ciudad.

 También José, por ser de la casa y familia de David, subió desde la ciudad de Nazaret, en Galilea, a la ciudad de David, que se llama Belén, en Judea,  para empadronarse con su esposa María, que estaba encinta.

Y sucedió que, mientras estaban allí, le llegó a ella el tiempo del parto y dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo recostó en un pesebre, porque no había sitio para ellos en la posada.

En aquella misma región había unos pastores que pasaban la noche al aire libre, velando por turno su rebaño. De repente un ángel del Señor se les presentó; la gloria del Señor los envolvió de claridad, y se llenaron de gran temor.

El ángel les dijo: «No temáis, os anuncio una buena noticia que será de gran alegría para todo el pueblo: hoy, en la ciudad de David, os ha nacido un Salvador, el Mesías, el Señor. Y aquí tenéis la señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre». De pronto, en torno al ángel, apareció una legión del ejército celestial, que alababa a Dios diciendo:  «Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad»

Palabra del Señor.

Navidad no es sólo un día, es un tiempo que abarca desde la víspera del día 25, día propio de la fiesta, hasta la Epifanía del 6 de Enero, aunque tanto este día como el día del Bautismo de Jesús, que  se celebra  al domingo siguiente, podemos incluirlos también en el ámbito navideño.

La Navidad es una celebración llena de matices. Hay una navidad laica, centrada sólo en lo folklórico; también hay una navidad con tintes sociales que hace surgir en estos tiempos deseos de paz y justicia para todo el mundo; también hay una navidad de tinte religioso, muchos son los que en estos días, especialmente en la misa del gallo o en conciertos de villancicos u otros eventos, se acercan a la Iglesia a celebrar; y finalmente hay una navidad espiritual, preocupada por conectar interiormente con el Misterio en estos días.

Todos los matices son lícitos y en modo alguno excluyentes, pero conviene aunarlos y no vivirlos por separado, porque entonces la Navidad queda recortada o disminuida.

Hacemos hoy una referencia sencilla a la preparación y vivencia de la Navidad desde su sentido espiritual.

 Decía un místico del siglo XVII que “Si Cristo naciera mil veces en Belén y no en ti, quedarías perdido para siempre” (Angelus Silesius).Navidad no trata simplemente de recordar y celebrar un acontecimiento histórico que ocurrió hace poco más de dos  mil años.  No es el hecho histórico del nacimiento lo importante; quien se queda estancado en la historia mata el mensaje vivo de la Navidad que proclama: “Hoy os ha nacido el Salvador”. ¿De qué me sirve el nacimiento de Jesús si yo no renazco con Él a una vida nueva en el Espíritu? Celebra el nacimiento de Jesús quien en estos días también celebra su propio nacimiento espiritual.

No te quedes estos días en la memoria de unos sucesos históricos. Lo pasado adquiere sentido si lo traes al presente, si te sientes aquí y ahora afectado por lo ocurrido entonces. El evangelio pide ser leído en presente; y de este modo adquiere una fuerza capaz de cambiar la vida de quien lo escucha.

Tomemos un ejemplo. Leamos hoy el relato del nacimiento de Jesús actualizado. San Ireneo dio razón del nacimiento de Jesús recurriendo a su efecto sobre la humanidad. “Dios se hizo hombre para que el hombre se convirtiera en Dios”. Es tarea nuestra aceptar y descubrir lo que de divino hay en en nosotros y vivir desde ahí.

Dios sigue viniendo a nuestro corazón y nos sigue llamando a vivir conforme a sus designios. Pero ¿acogemos a Dios en nosotros? ¿O somos como los habitantes de Belén para quienes José, María y el Niño pasaron desapercibidos? ¿Tanto ruido hay en nuestra posada que no escuchamos a los que están fuera y llaman?

Mira a tu interioridad y pregúntate cómo te vives estos días. Puede que estés agobiado y estresado por la avalancha de mensajes emotivos. O tal vez te te venza la nostalgia. No permitas que eso te ocurra. Si es necesario, condena tu iphone al silencio. Vívete. Abre tus oídos a la voz de Dios que llama a tu puerta en este día (en esta noche): "Estoy a la puerta y llamo. Si alguien escucha mi voz y abre la puerta, entraré en su casa y cenaré con él y él conmigo" (Ap 3,20). Jesús quiere cenar en la nochebuena contigo. Te esrtá l llamado. Déjale entrar en tu posada. Te hará sentir que eres de su familia, hermano de toda la humanidad. A todos invita Él a su casa, no cierres la tuya para Él. No te quedarás sin recompensa (cf Mt 10,42), recibirás el ciento por uno de todo el amor que le des.  Trae para ti la Navidad, un nuevo nacimiento, una vida nueva. 

Dos breves textos para meditar en este día; el primero de san Juan de la Cruz (letrilla navideña); el segundo de Santa Teresa:

Del Verbo divino
la Virgen preñada
viene de camino:
¡si le dais posada!

*
"No suele Su Majestad
pagar mal la posada,
si le hacen buen hospedaje".
(C 34,8).

* * *
FELIZ NAVIDAD

Diciembre 2023
Casto Acedo.

FELICITACION VISUAL (Niños)



Los niños de catequesis de Primera comunión (1º año) felicitan la Navidad: 


 FELIZ NAVIDAD 

24. Diciembre. 23

sábado, 23 de diciembre de 2023

Colabora con tu Parroquia

Corresponsabilidad económica

Carta dirigida a quienes se sienten cercanos a la Parroquia, valoran el servicio que presta a la comunidad y son conscientes de sus necesidades.

Queridos amigos:

La limpieza del tejado de la torre, con la eliminación de los nidos de cigüeñas que dañaban la estructura del templo parroquial ha supuesto para las arcas de la Parroquia un desembolso de 786,50 € (tres días de alquiler de grúa).

Agradecemos al ayuntamiento el haber colaborado con la mano de obra.

Para la primavera próxima tenemos la intención de completar la reforma del trastero de la Iglesia (techo de escayola, iluminación, lucido de paredes, poner suelo de gres, altillo para recoger andas, apertura de una ventana exterior, puerta de PVC de acceso a la calle y armario empotrado para desahogo de la sacristía).

Disponemos de algo de dinero para ello, pero no será suficiente para abordar la reforma. Por ello animamos a que con motivo de la Navidad, quien quiera y pueda, colabore económicamente a fin de poder realizar la obra proyectada.

Podéis colaborar entregando un sobre en la Parroquia o haciendo un ingreso en Banca Pueyo,

Parroquia de la Santísima Trinidad,

c/c ES04 0078 0018 1040 1000 6994.

FELIZ NAVIDAD

Casto Acedo

y Consejo económico parroquial

jueves, 21 de diciembre de 2023

El "sí" de María y José (IV domingo de Adviento. 24 de Diciembre).


EVANGELIO
Lc 1, 26-38

En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; la virgen se llamaba María.

El ángel, entrando en su presencia, dijo:
—«Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo».
Ella se turbó ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquél.

El ángel le dijo:
—«No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le podrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin».

Y María dijo al ángel:
—«¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?».
El ángel le contestó:
—«El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios.
Ahí tienes a tu pariente Isabel, que, a pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible».

María contestó:
—«Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra».
Y la dejó el ángel.


Palabra del Señor.

*


Nuestro mundo secularizado tiende a celebrar una Navidad sin nacimiento, sin  novedad interior; como si la Navidad fuera una invitación vacua y sin sentido espiritual, sólo justificable por intereses folklóricos y económicos. 

Es lógico que el mundo capitalista vea e interprete la realidad desde parámetros de rentabilidad material. En estos días los medios hablan de reservas en hoteles y restaurantes saturados, de movilidad hacia destinos turísticos navideños, de subidas de precios a causa de la alta demanda de productos, de aumento de contratación de empleados temporales para el sector servicios, de aumento en los gastos familiares previstos, etc. No sé si eres consciente, pero las fiestas navideñas se han ido reduciendo a un evento más entre muchos, sin identidad propia, un acto de culto más al Dios Baco y la diosa Fortuna. En este bosque nos movemos y se nos invita desde la Palabra a evitar que la espesura de consumos nos impida ver la luz que alumbra más allá de ellos. . 

¿Qué nos pide hoy la liturgia? Que nos tomemos en serio el Misterio. ¿No es hermoso que llamemos "misterio" al pesebre donde están presentes José, María y el Niño? El poder de atracción de esas tres figuras sagradas es grande; tal vez por eso hay quienes se niegan y oponen a que el Belén luzca como parte de la ornamentación navideña. Lo cambian por el árbol del que penden multitud de regalos que sacian nuestros deseos. 

Los tiempos actuales parecen ser mas amigos de árbol que de nacimiento. Y en cierto sentido tiene su lógica:  ¿cómo compaginar la pobreza y humildad de un  belén con el derroche y la parafernalia de "las navidades"? Los regalos del árbol, que alegran los sentidos corporales, son mundanalmente más atractivos que el Belén, donde la riqueza y  belleza es poco evidente, sólo accesible con los ojos de la fe. 


El Niño Jesús, sacramento de Dios

En estas fiestas se va a cumplir la profecía de Isaías que habla de una “señal”: “Mirad, la virgen está encinta y da a luz un hijo, y le pondrá por nombre Enmanuel (Dios con nosotros)” (Is 7,14). En la nochebuena, los pastores también recibirán del ángel una Buena Noticia: “No temáis, os traigo la Buena Noticia... hoy os ha nacido un Salvador... Y aquí tenéis la señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y recostado en un pesebre” (cf Lc 2,10-12). 

Una señal, un signo; un sacramento, “signo de encuentro con Dios”. Y el signo y sacramento primero y original de Dios es el Niño envuelto en pañales. Cuando entiendes esto se abre para tu vida sacramental un sentido nuevo. Aprendes que acercarte a los sacramentos (sobre todo a la Eucaristía) es acercarse a Jesús como se acercaron los pastores al establo de Belén. 

Lo que los pastores encontraron en Belén no fue un signo esotérico (oculto) o extravagante, sino un signo tan real, sencillo y palpable como una familia: un padre (José), una madre (María) y un hijo (Jesús). Cuando pensamos en Jesús olvidamos con frecuencia que la mayor parte de su vida la pasó en el anonimato de su pueblo, sometido en obediencia de amor a sus padres, trabajando y festejando con sus vecinos. La salvación da sus primeros pasos en una sencilla familia de Nazaret. 



María y José

La Virgen María y san José son los mejores guías para acercarte a Jesús. Para eso, pon hoy a esta pareja de enamorados en tu punto de mira. Merece la pena que contemples cómo ellos esperaron y prepararon el nacimiento. Percibe como su amor mutuo prepara un hogar para Dios en el mundo.

San José da un paso importante aceptando a María por esposa a pesar de la sospecha de infidelidad; lo hizo con una gran dosis de misericordia. Con motivo del inesperado embarazo de su prometida se dice de él en pocas palabras lo esencial de su personalidad (santidad): “era bueno y no quería denunciarla”, y por eso decidió repudiarla en secreto (Mt 1,19). Bueno, justo, misericordioso, compasivo;  pudo romper su compromiso  apelando a la supuesta infidelidad de María, la ley podría  justificar su decisión; pero es un hombre compasivo, que ama y perdona,  y no quiere hacer daño. Hace falta mucho amor para obrar como José. 

Gente sencilla y buena, como José, están capacitados para aceptar y vivir el misterio; los limpios de corazón verán a Dios (cf Mt 5,8). Personas como José son quienes mejor dejan ver a Dios entre nosotros. Cuando la bondad humana se abre al  don de Dios se produce el milagro de la encarnación, el sacramento del “Dios-con-nosotros”. Encuentra aquí eco el salmo 23: “¿Quién puede subir al monte del Señor? / ¿Quién puede estar en el recinto sacro? (¿Quién entrará en el Misterio?) / El hombre de manos inocentes / y puro corazón” (3-4). José es un buen modelo-guía para una Navidad con hondura.


Y con José, la Virgen MARÍA. El pueblo de Israel había recibido la promesa de que el Mesías hará acto de presencia en el seño de una virgen (Is 7,13). La Iglesia desde sus orígenes entendió que esa virgen era María; con su “sí” hizo posible la llegada del Mesías esperado. Si decimos de la Iglesia que es sacramento, signo de Dios en medio del mundo, ¿no lo será también María? Porque Dios desborda sobre ella su gracia, y su maternidad es bendición para toda la creación.

María dijo “sí” a Dios y “sí” a José, su esposo. Y no hubo contradicción ni conflicto a causa del doble "sí", porque el amor a Dios no anula ni empobrece el amor matrimonial. Dios enriquece todo lo que toca. Con Dios la libertad del hombre está garantizada.

Cuando el demonio entra en la vida de una persona decimos que toma posesión de esa persona; por eso a los endemoniados se les llama “posesos” o “poseídos”, que no es otra cosa que decir “esclavos del mal”. Dios no actúa así. No se apodera con violencia o engaño del corazón de nadie sino que obra con dulzura, pidiendo permiso, seduciendo. Así lo hace con María en la Anunciación (cf Lc 1,26-38), y lo mismo con José: “No tengas reparo en llevarte a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo” (Mt 1,20). La feliz pareja se vio sorprendida por un gesto de inesperado amor de Dios, y el “sí” de su amor mutuo se fundió con el “sí” a Dios. ¡Hermoso programa de vida familiar! Con su amor hicieron visible el amor de Dios incluso antes de que naciera Jesús; su amor de pareja se hace sacramento de Dios, porque donde hay amor, allí está Él (cf 1 Jn 4,7-21).

*

Hoy, en vísperas de su venida, Dios pide permiso para entrar en el Belén de tu vida como entró en la familia de Nazaret. ¿No crees que es un honor inmerecido? ¿Estás dispuesto a acogerlo? Déjate llevar por el encanto de María y de José, maestros en el arte la Navidad; con ellos no te equivocarás. Mira el misterio y hazlo tuyo: el Niño en el pesebre, María y José admirados. No dejes de pararte y contemplar con ellos el amor de Dios en el pesebre de tu corazón. 

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Diciembre 2023
Casto Acedo

sábado, 16 de diciembre de 2023

SAN PEDRO. Horarios de Navidad

 Parroquia de San Pedro Apóstol

(San Pedro de Mérida)
*
Navidad 2023-2024
HORARIO DE MISAS


Navidad 2023-2024
HORARIOS DE MISAS

* * *
JUEVES 21 de diciembre
18,30 Misa del día
19,00 h. Celebración Penitencial.
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SABADO 23 de diciembre
19 h. Misa de Vísperas del Domingo
(Única misa del 4º Domingo de Adviento)
*
DOMINGO 24 de diciembre
(No hay misa a las 11 h)
19 h. Misa de Vísperas de Navidad
*
LUNES 25 de diciembre NAVIDAD
Solemnidad de Natividad del Señor
12 h. Misa de la Solemnidad
*
MARTES 26 y JUEVES 28 de Diciembre
18, 30. Misa del día.
*
SABADO, 30 de Diciembre
Víspera de la fiesta de la Sagrada Familia
19 h. Misa de Vísperas 
*
DOMINGO 31 de Diciembre
Fiesta de la Sagrada familia.
11 h. Misa de la fiesta.
(No hay misa por la tarde)
*
LUNES 1 de Enero
 Solemnidad de santa María Madre de Dios
12 h. Misa del día
*
MARTES 2 y JUEVES 4 de Enero
Misa a las 18,30 h
*
SÁBADO, 6 de Enero
Epifanía del Señor (Reyes)
11 h. Misa del día.
(No hay misa por la tarde).
*
DOMINGO 7 de Enero ,
Fiesta del Bautismo del Señor
11 h. Misa del día.

C. A.
Diciembre 2023

TRUJILLANOS. Horarios de Navidad

Parroquia de la Santísima Trinidad
(Trujillanos)

Navidad 2023-2024
HORARIO DE MISAS
*

* * *
MIÉRCOLES 20 de diciembre
19, 00 h. Misa en el salón-capilla.
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SABADO 23 de diciembre
20 h. Misa de Vísperas del Domingo
(Única misa del 4º Domingo de Adviento)
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DOMINGO 24 de diciembre
Día de Nochebuena
(No hay misa a las 12,30 h)
20 h. Misa de Vísperas de Navidad
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LUNES 25 de diciembre NAVIDAD
Solemnidad de Natividad del Señor
13 h. Misa del día
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MIÉRCOLES 27 y VIERNES 29 diciembre
19,00. Misa en el salón-capilla.
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SABADO, 30 de diciembre
Víspera de la fiesta de la Sagrada Familia
20 h. Misa de Vísperas 
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DOMINGO 31 de diciembre
Fiesta de la Sagrada Familia
12,30 h Misa del día.
(No hay misa por la tarde)
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LUNES 1 de Enero
 Solemnidad de santa María Madre de Dios
13 h. Misa del día
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MIERCOLES 3 de Enero
19 h. Misa en el salón-capilla.
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VIERNES 5 de Enero.
Víspera de Epifanía (Reyes)
Misa a las 20 h
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SÁBADO, 6 de Enero
Epifanía del Señor (Reyes)
12,30 h. Misa del día.
(No hay misa por la tarde).
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DOMINGO 7 de Enero ,
Fiesta del Bautismo del Señor
12,30 h. Misa del día.

C. A.
Diciembre 2023

viernes, 15 de diciembre de 2023

Alegría (III de Adviento; 17 de diciembre)

  

LECTURA 
2 Tes 5,16-24

Estad siempre alegres. Sed constantes en orar. Dad gracias en toda ocasión: ésta es la voluntad de Dios en Cristo Jesús respecto de vosotros. No apaguéis el espíritu, no despreciéis el don de profecía; sino examinadlo todo, quedándoos con lo bueno. Guardaos de toda forma de maldad. Que el mismo Dios de la paz os consagre totalmente, y que todo vuestro espíritu, alma y cuerpo, sea custodiado sin reproche hasta la venida de nuestro Señor Jesucristo. El que os ha llamado es fiel y cumplirá sus promesas.

Palabra de Dios

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Te hago una propuesta para ahora mismo: 

Comienza apartando la vista de este texto. ¿Por qué no? Cierra los ojos, o contempla algo hermoso que tengas ante ti. Haz tres respiraciones abdominales serenas y profundas soltando el aire de los pulmones mientras te vacías de ideas y tensiones. Siente como el aire cálido, el viento del Espíritu, fluye por tus pulmones y los latido de tu corazón expanden su caricia por todo tu ser.  (...)  Tómate unos minutos en este breve ejercicio de toma de conciencia del milagro que es vivir.

Hazlo, y el contenido de este escrito tendrá algún sentido, porque el gozo y la alegría no pueden describirse, sólo experimentarse.

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Déjate llevar por el silencio unos minutos

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La palabra ALEGRIA puede resumir lo que sientes cuando te paras y dejas de lado tus preocupaciones y proyectos y simplemente observas que el aire inunda tus pulmones y la sangre corre por tus venas al ritmo de los latidos del corazón ... Al ser consciente de ello te sientes vivo o viva y pruebas el sabor de la alegría. ¿Qué es la alegría sino la consecuencia lógica de una vida despierta? Estar alegre es percibirte y saberte lleno, completo, rebosante de virtud y fuerza creativa.

La alegría del Adviento

El tercer domingo de Adviento es conocido como el domingo laetare o domingo de la alegría. "Que la esperanza os tenga alegres, manteneos firmes en la tribulación, sed asiduos en la oración" (Rm 12,12). La esperanza cristiana vive en la seguridad de que Cristo tiene la última palabra;  por eso se mantiene a flote en la tribulación. Como nunca pierde el fondo de alegría en que se sustenta no se hunde ni se rinde en la dificultad.

Cuando me piden que esté alegre con un imperativo tan insistente lo primero que pienso es ¿acaso no quiero estar alegre? ¿Puedo imponerme a mí mismo la alegría? Y concluyo que no, que la alegría no está en mi mano, que es un don de Dios que viene con Jesús, y lo único posible de mi parte es preparar el camino para que llegue. ¿Cómo?

1.- Primero, desmontando mitos. Porque me han enseñado que la alegría es cuestión de "salud, dinero y amor", posesiones que considero imprescindibles para ser feliz. ¿Quién no piensa que la alegría es monopolio de quienes gozan de una salud envidiable, un capital holgado y una fama admirable?  Son muchos los que viven, o vivimos, enganchados o apegados a las condiciones externas que creemos necesarias para encontrar la felicidad. 

Pero no está tu felicidad en poseer bienes sino en ser agradecido por lo poco o mucho que tienes sin dejar que eso te posea; ser  dueño de ti  y así poder darte. Por tanto, desmonta el mito; la felicidad  es un don que se recibe con agradecimiento y se comparte con generosidad. Un primer paso para ser feliz consiste en vivir centrado en los propios valores y no confundir la alegría con la diversión (dispersión).

2.- Segundo paso para prepararnos a vivir la alegría: superar el concepto negativo de la alegría que muchos suelen tener. Somos herederos de una espiritualidad cristiana que en determinadas épocas ha ensalzado la mortificación, el dolor y la impasibilidad (apatheia) y ha levantado sospechas sobre el buen humor. Hay quien en la Iglesia se siente llamado  a ser como Jorge de Burgo, el monje asesino del relato de El nombre de la rosa, que llega incluso a matar para evitar el peligro de que una supuesta obra de Aristóteles sobre la comedia y la risa pudiera contaminar la esencia de la fe cristiana. 

Quienes piensan así entienden que la vida cristiana auténtica está más cerca de la tragedia, el sufrimiento y el llanto que del gozo y  la alegría; un error lamentable que frena cualquier intento de evangelización, que no es sino la transmisión de la alegría (buena noticia) del Espíritu.

3. En fin, podemos preparar el camino a la felicidad aprendiendo que la alegría cristiana, si bien depende en parte de los bienes de afuera, se fragua finalmente dentro. Me explico: El nacimiento de Jesús en Belén y su muerte y  resurrección son una alegre realidad objetiva (buena noticia exterior a nosotros), pero si no la hacemos nuestra por la fe seguiremos en la tristeza. Es la fe, la decisión de confiar en la Palabra (Jesús) la que nos hará gozar a fondo la Navidad. Quien vive su fe cristiana con amargura, quien no se  alegra de haber conocido a Jesucristo, quien no vive en la Eucaristía el encanto semanal del encuentro, debería plantearse en qué cree realmente.

* * *

El Papa Francisco publicó su primera exhortación apostólica con el título Evangelii  gaudium, la alegría del evangelio, que comienza proclamando que “la alegría del Evangelio llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Jesús”. Es como decir que no hay mejor modo de discernir la vida espiritual que midiendo el grado de alegría que nos produce sentir cerca a Jesús. Su cercanía es “buena noticia”, novedad que alegra. Si la verdadera alegría es fruto de una vida satisfecha, el cristiano es aquel o aquella que se ha encontrado con Jesús y su ser y su vida se ha llenado de Él hasta desbordarse en gozo. 

¡Cuántos textos evangélicos nos refieren alegrías fruto del encuentro con Jesús!: san Pedro, san Pablo, Zaqueo, la Samaritana, la mujer pecadora, María Magdalena, etc. ... hasta la mismísima Virgen María. Muchos son los santos que a lo largo de la historia se han llenado “de alegría al ver al Señor” (Jn 20,20); han encontrado en Él el antídoto adecuado para la tristeza y el desencanto. 

Sin embargo, denuncia el Papa Francisco, ¡cuántos que se llaman a sí mismos buenos cristianos gustan de encerrarse en la “psicología de la tumba que poco a poco los convierte en momias de museo; desilusionados con la Iglesia y consigo mismos, que viven la constante tentación de apegarse a una tristeza dulzona, sin esperanza... Llamados a iluminar y comunicar vida, finalmente se dejan cautivar por cosas que sólo generan oscuridad y cansancio interior”!. Por todo esto, dice el Papa, “me permito insistir: ¡No os dejéis robar la alegría evangelizadora!” (EG 83). “La alegría del evangelio es esa que nada ni nadie nos podrá quitar” (EG 84). 

Al creer y ponerse en manos de Dios los santos no han vivido como personas ingenuas o bobaliconas que miran para otro lado ante los sufrimientos propios o ajenos. “Fe, alegría, optimismo. -Pero no la sandez de cerrar los ojos a la realidad”, dijo san J. Mª. Escrivá.  "Los males de nuestro mundo, -dice el Papa Francisco- no deberían ser excusas para reducir nuestra entrega y nuestro fervor. Mirémoslos como desafíos para crecer” (EG 84). La alegría que brota de la fe y la esperanza fortalece el corazón y lo lanza a trabajar por el Reino de Dios. La verdadera alegría abre los ojos para conocer a fondo las desdichas del mundo  e impulsa a trabajar con efectividad para remediarlas. No es feliz con Jesús quien pretenda escapar de sus responsabilidades, la alegría que uno pretenda  guardar egoístamente  sólo para sí no es alegría cristiana. 

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San Pablo exhorta: ¡Estad siempre alegres!. Más reiterativo es en su carta a los  Filipenses: “Alegraos siempre en el Señor; os lo repito, alegraos”.  Aunque san Pablo parezca imponer –“¡estad siempre alegres!”-, su intención es exhortar y animar. Por eso a continuación dice: “Sed constantes en orar. ... Guardaos de toda forma de maldad”. ¿Quieres una Navidad Feliz? Sigue estos consejos de san Pablo: oración y bondad. Oración para conocer a Dios y conocerte y bondad para extender la alegría por el mundo.

Toma conciencia de la alegría que Dios ha sembrado en tu interior; porque tienes la chispa divina, y Dios es alegre. Como cristiano estás invitado al banquete de la alegría. La misa es un adelanto de esa fiesta, ella te invita a volverte a Dios en Adviento y Navidad. 

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Postdata: No cierres la lectura de este post sin repetir el ejercicio inicial.  Vuelve a tu presente aquí y ahora; siente tu respiración, y con ella siente la alegría de ser amado por Dios y por muchos que te quieren;  gózate en tu alegría y manda desde ahí bendiciones y parabienes a quienes sabes que se sienten tristes, solos y abatidos; y en estos días no dejes de hacerte físicamente presente y cercano a quienes  sabes que necesitan de tu amor bondadoso. La caridad es manantial de alegría.

Feliz domingo.

Diciembre 2023

Casto Acedo