martes, 8 de abril de 2025

Domingo de Ramos (13 de Abril)

 

EVANGELIO
 Lc 19,29-40

En aquel tiempo Jesús iba hacia Jerusalén, marchando a la cabeza. Al acercarse a Betfagé y Betania, junto al monte llamado de los Olivos, mandó a dos discípulos diciéndoles: - Id a la aldea de enfrente: al entrar encontraréis un borrico atado, que nadie ha montado todavía. Desatadlo y traedlo. Y si alguien os pregunta: “¿Por qué lo desatáis?, contestadle: “El Señor lo necesita”.

Ellos fueron y lo encontraron como les había dicho. Mientras desataban el borrico, los dueños les preguntaron: -¿Por qué desatáis el borrico?

Ellos contestaron: -El Señor lo necesita.

Se lo llevaron a Jesús, lo aparejaron con sus mantos, y le ayudaron a montar. Según iba avanzando, la gente alfombraba el camino con los mantos. Y cuando se acercaba ya la bajada del monte de los Olivos, la masa de los discípulos, entusiasmados, se pusieron a alabar a Dios a gritos por todos los milagros que habían visto, diciendo: ¡Bendito el que viene como rey, en nombre del Señor! ¡Paz en el cielo y gloria en lo alto!

Algunos fariseos de entre la gente le dijeron: Maestro, reprende a tus discípulos.

El replicó: - Os digo que, si éstos callan, gritarán las piedras.

¡Palabra del Señor!

*


La Semana Santa es una excelente oportunidad para entrar en ti y discernir cristianamente todo lo que en estos días pasa por tu cabeza y tu corazón. Ya sabes que el ambiente secularizado en que vivimos no invita a interioridades, que ha decaído la práctica de hacer una lectura creyente de la vida y los días de la semana santa suelen leerse más como oportunidad de asueto y dispersión para unos y de negocio turístico para otros. ¿Podrás desmarcarte de todo esto? Merece la pena hacer un esfuerzo. Difícil, pero posible.

Aquí tienes unas ideas para enfocar la Semana Santa de un modo nuevo.



La Semana Santa no se celebra en primavera por casualidad. Son fechas en las que la vida comienza a florecer. La creación está de estreno estos días.  Un viejo refrán reza que el “el domingo de Ramos, quien no estrena no tiene manos”, o dicho con otras palabras: quien no renueva (compra, adquiere) algo en su vida estos días es que está manco, paralizado o muerto. Así, el Domingo de Ramos, es cada año una llamada a renovar, a dar los últimos  retoques al traje nuevo tejido en el taller de vida espiritual de la Cuaresma. 

Para la renovación deseada el primer paso es entrar con Jesús en la Ciudad Santa, el templo del Espíritu Santo que eres. ¡Anímate! ¡Estrena vida!  Abre la puerta de tu corazón y deja que Jesús, que viene a ti humilde y pacífico, a lomos de un asno,  entre en tu casa, en tu interioridad. 

Date la oportunidad; no dejes que el racionalismo y el materialismo consumista del hombre viejo  emboten tu mente. Para facilitarle la entrada a Jesús en ti aléjate de todo lo que te disperse, disfruta estos días de tiempos de silencio, de alguna lectura espiritual sólida, de la charla con quien te pueda ayudar a conocer a Jesús y conocerte más a ti mismo o a ti misma. Deja por unos días el cuidado obsesivo por distraerte (distracción es dispersión) y dedica tiempo a concentrarte y gustar de tu interioridad. 

Puedes planear para estos días un viaje de turismo personal espiritual, un viaje por los parajes y paisajes de tu alma. Haz una procesión de silencio por tu jardín interior; recurriendo a santa Teresa contémplate como un castillo habitado en su centro por un Rey. Paséate por él, conócete y céntrate en Cristo. Vives en las periferias del castillo, enajenado, lejos de ti, y Dios te regala estos días  para apropiarte de tu vida, mirarte y vivirte desde el hondón de tu alma, donde Él te habita. 

La procesión de Ramos es todo un símbolo del paso que te invito a dar. Partes  de la Plaza pública (exterioridad), foro profano por excelencia, lugar de mercado y negocios, ágora de discusiones y polémicas, punto de fricciones económicas e ideológicas, y desde ahí te diriges al templo  (interioridad),  ámbito de lo sagrado, zona de escucha, espacio de silencio, morada de Dios. 

Con esta idea de fondo, dejando atrás el dominio de la sensualidad, del cálculo y de la razón práctica, adéntrate en el reino de lo sagrado, donde el Misterio te abre a lo insospechado; oportunidad de experimentar el Misterio de Dios,  lo que “ni el ojo vio, ni el oído oyó; lo que Dios tiene preparado para los que lo aman” (1 Cor 2,9). Ese Misterio insondable no es un nuevo descubrimiento de la física, ni el último teorema matemático, ni la más reciente moda filosófica, ni un nuevo y emocionante invento; es una persona: Jesucristo, “misterio mantenido en secreto durante siglos, y revelado ahora para nuestra salvación” (Rm 16,25-26).

Para ayudarte en el proceso de recogimiento y peregrinación interior al encuentro con Jesús, la Iglesia te ofrece una serie de protocolos: bendición de ramos, misa de la cena del Señor, memoria de la Pasión, adoración de la Cruz, renovación del bautismo, mesa eucarística…, además de otras muchas oportunidades, como pueden ser los viacrucis o las horas santas. Todos estos recursos los tienes a tu disposición para lograr un mayor acercamiento a Dios, que se deja ver más que nunca en estos días. La entrada a la dimensión espiritual de esta semana es gratuita, y no tienes que pagar aranceles. La gracia de Dios no se puede comprar ni vender. Cosas de Dios. 

Te espera tu comunidad el Domingo de Ramos. Tu presencia será una forma de decirle a a Jesús  y a todos que no están solos. Y una oportunidad para sentir que tampoco tú estás solo.  Tu presencia es evangelizadora y fecunda para ti.

Abril 2025. 
Casto Acedo. 

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