jueves, 16 de mayo de 2024

Respira (Pentecostés, 19 de Mayo)



EVANGELIO 
Jn 20,19-23

"Al anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo: «Paz a vosotros». Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor.
Jesús repitió: «Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo». Y, dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos"

Palabra del Señor.

*
El texto de hoy está inspirado en el que escribí aquí mismo hace dos años por Pentecostés. Me sorprendió entonces que tuviera tanta aceptación. Si quieres volver a ese texto clicka:  https://trujillanos-sanpedro.blogspot.com/2022/06/al-hilo-de-la-palabra-5-de-junio.html



Sopló sobre ellos y les dijo: “Recibid el Espíritu Santo”. ¡Qué sencillo y qué profundo! Sopló. Un soplo. ¿Has pensado alguna vez  lo simple y gratificante que es el soplo de aire que entra en los pulmones reanimando la vida? Ocurre a cada instante y no sueles darte cuenta; pero cuando lo adviertes te invade una inmensa alegría.

Te invito a revivir esa experiencia ahora. Párate e inspira de modo consciente. Saborea el oxígeno que desde la nariz pasa a la tráquea, los bronquios y a los pulmones  expandiéndose luego por todo tu ser. No hay mayor placer que éste: sentir la presencia de la vida en los átomos que la sangre lleva a cada rincón de tu cuerpo. Si lo haces de modo consciente, advirtiendo su movimiento, vives algo más que una experiencia física; estás palpando la vida espiritual: el soplo de Dios,  su Espíritu Santo que fluye e inunda todas las estancias  del alma. ¡Es tan simple y sencillo orar! Basta despertar, abrir la conciencia, advertir la presencia de Dios en el simple acto de respirar. 

Cuando los problemas abruman decimos que nos ahogamos, que nos falta el aire. Si salimos de un momento de agobio exclamamos: “¡al fin puedo respirar!”. Toda la vida está en  respirar; en dos tiempos: espirar soltando  el veneno de mis problemas, mis cansancios, mis muertes, e inspirar dejando que el Espíritu llene de vida el vacío que ha dejado la espiración.

Buscamos la felicidad en cosas rebuscadas, en caprichos refinados y exquisiteces raras. Sin embargo, la felicidad está en algo tan a nuestro alcance como sentirnos vivos  en la respiración. El simple respirar consciente hace ver que no hay mayor regalo que el don de la vida que se palpa en el aliento de cada día. La respiración es constante aunque no le prestemos atención, la vida de Dios en el alma también. Sin aire no somos nada; sin Dios tampoco. Lo visible se derrumba sin lo invisible que lo sostiene. 

* * *

Soy cuerpo y también soy alma. Digo que “soy” ambas cosas, no que las “tengo”. También soy "espíritu" (cf 1 Ts 5,23). ¡Poca atención prestamos a esta tercera faceta de nuestro ser!  Para vivir en libertad y felicidad cuido con esmero mi cuerpo (salud, alimentación, descanso, deporte) y mi alma (inteligencia, emotividad, impulsividad), pero no suelo prestar mucha atención a la salud de mi espíritu, al centro rector de mi ser que se fortalece en el grado de unión con Dios.

Para que el Espíritu despierte lo que de divino hay en el centro de mi ser me ejercito en espirar soltando las ataduras de mi ego (ira, envidia, soberbia, avaricia, pereza, lujuria, gula) y en inspirar invocando  al Espíritu Santo:  

*inspiro y siento la paz de Dios, espiro y abandono la ira, 

*inspiro y me alegro con los que se alegran, espiro y sale afuera mi envidia, 

*inspiro y me sé débil y pequeño, espiro y suelto los aires de grandeza,

*inspiro y me entrego a Dios con generosidad, espiro y me  libero de apegos, 

*inspiro y crece en mí el deseo de servir, espiro y venzo la pereza, 

*inspiro y pongo sólo en Dios mi corazón, espiro y dejo ir todo afecto desordenado,  

*inspiro y gusto los deleites del ayuno, espiro y vomito mi ansia desmedida de placeres, 

Respirar: inspirar y espirar, soltar cadenas y dejar que el Espíritu de Dios vaya modelando mi ser.

No he recibido un espíritu de esclavitud, para recaer en el temor, sino un Espíritu de hijo de Dios en el que clamo: «¡Abba, Padre!». Este mismo Espíritu da testimonio a mi espíritu de que soy hijo de Dios (Cf Rm 8,15-16).

Pentecostés, la fiesta del Espíritu, viene hoy a recordarme que si dejo entrar el aire de Dios con constancia en mi vida, si dejo que arranque y arroje fuera de mí los ídolos que me seducen, si permito que disuelva las sombras y los miedos que me dominan, encontraré la paz que busco.  Está ahí, en mi interioridad, aguardando.  Hay en mi centro una fuerza vital espiritual por descubrir, conquistar y cultivar. 

La aventura espiritual comienza respirando aire puro, para ello es preciso salir de los lugares donde el medio ambiente está viciado y la oscuridad impide ver; luego se accede  a  la zona luminosa y pura del Reino, donde el bien triunfa sobre el mal, donde el cuerpo-alma-espíritu se goza en una paz y una alegría que impulsará irremediablemente a  llevar a otros la Buena Noticia. Empujada por la fuerza del Viento camina el alma misionera, y por la participación de muchos en el Soplo invisible se hace visible la Iglesia; muchos miembros y un solo cuerpo vivo y unido en una misma respiración. 

* * *


Hoy, solemnidad de Pentecostés, no olvides dedicar un tiempo a ejercitarte en el “respirar consciente”. Siente el aire fresco y puro del Espíritu entrando por tu nariz y expandiéndose hasta henchir de gozo tus pulmones. ... No pienses, déjate llevar por la sensación de plenitud que sientes en el instante. Estás viviendo una experiencia espiritual. Lo que sientes no es como si recibieras el Espíritu; cuando haces una practica  creyente y consciente con ese ejercicio tan simple que es respirar estás llenándote realmente de Dios en el instante. Atrápalo y no le dejes escapar. Ya sea en tiempo de consolación o en tiempo de desolación, respira.
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Nota: Hay un video que no es propiamente religioso aunque sí muy espiritual; el tema que canta parece un divertimento simple, invita a  respirar cuando la noche es oscura y el corazón quiere explotar, es decir, cuando las sombras del mal acosan al alma. “Respira -dice la letra- y deja que, aunque la cabeza (mente) te diga que ya no puedes creer, el viento te enseñe que aún es posible”. Transmite optimismo con una mezcla de nostalgia y esperanza.  Por si tienes tiempo e interés te dejo aquí el enlace y la letra...




RESPIRA 
Natalia Doco

Uuh uh uh ...

Alors, alors je respire,
même si la tête
ne peut plus y croire)
(Entonces...
Respiro, aunque la cabeza
no puede creerlo)

Alors, alors je respire
et même si le cœur
(respiro incluso cuando el corazón)
me quiere explotar, mon cœur
(mi corazón)

Alors, alors je respire
même si ce monde
(respiro aunque este mundo)
no entiende nada

Alors, alors je respire
même si le ciel
(respiro incluso si el cielo)
todavía no aclara

Respira y deja que el viento
te enseñe
qu'il faut encore y croire
(que es  preciso creer todavía)

Respira y deja que el tiempo
te pruebe
qu'il n'est jamais trop tard
(que nunca es demasiado tarde)

Cada armonía que el viento me trae
me pone de nuevo a cantar.
Nunca te olvides que todo es más fácil
y es bueno aprender a confiar

Sí, olvida, respira
Sí,  olvida, respira

La pena, penita, pena, ahora tú respiras

Uuh ....

Alors, alors je respire
Et même si la tête
(respiro incluso 
cuando la cabeza-mente)
me vuelve a atrapar
(Que a veces pasa)

Alors, alors je respire, respire
qu'après la pluie
un nouveau départ
(Entonces respiro
porque tras la lluvia 
hay una nueva salida)

Respira en cualquier momento
y olvida
todo pensamiento

Ay, respira y suelta el lamento.
Respira, ven y vuélvete el viento

Cada promesa que el tiempo me trae
me pone de nuevo a bailar.
Nunca me olvido que todo es más fácil,
que quiero aprender a confiar.

Sí,  olvida, respira
Sí,  olvida, respira

La pena, penita, pena, ahora tú respiras
La pena, penita, pena, ahora tú respiras
Pena, penita, pena, ahora tú respiras

Mayo 2024
Casto Acedo 

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