Novena a la Virgen de la Albuera
Vos sois, ¡Oh soberana Reina!, fuente prodigiosa que, con las aguas de vuestros favores, regáis la redondez de la tierra. No sois como la fuente Sabática en Palestina, que sólo corría los sábados, porque vuestra piedad, como de fuente perenne, todos los días, horas e instantes, salen cristalinos raudales de beneficios, con tanta abundancia, que de pequeña fuente crecéis a ser caudaloso rio. Sois, en fin, fuente convertida en luces por las muchas que comunicáis a vuestros devotos. Conocéis, Señora, la sequedad de mi espíritu y la ceguedad de mi entendimiento; regad, pues, con aguas de vuestra piedad mi corazón para que reverdezca en el amor de vuestro Hijo y alumbrad con vuestras soberanas luces mi corazón, para que, conociéndoos os venere, y venerándoos os obligue a concederme la gracia que os pido en esta novena, si conviene para mi salvación. Amén.
A los momentos espirituales de dolor y sinsentido de la vida, los llamamos “sequedades”. Entrar en sequedad es entrar en depresión, en abandono, en desorientación. ¡No sé lo que me pasa, pero no estoy bien!, solemos decir.
Acostumbramos a echar la culpa de la sequedad a acontecimientos exteriores: un duelo, una ruina económica, un problema familiar, problemas con mis hijos, etc. Estas cosas pueden llevar a sequedad, y puede que no , todo depende de cómo enfoquemos interiormente el hecho.
En el segundo día de la novena se dice. “Conocéis señora -Madre de la Albuera- la sequedad de mi espíritu y la ceguedad de mi entendimiento”. Sequedad y pocas luces suelen ir a la par. Una persona inteligente, sabia, sabe conducirse para no caer en el vacío y la sequedad interior.
Como buena madre, la Virgen sabe leer la alegría y la tristeza de sus hijos e hijas con sólo mira su rostro. Así sabe de nuestra sequedad , y también de nuestra ceguera.
* * *
La imagen a contemplar este día es la de la Virgen María como una fuente de la que brota el agua viva, que es Jesús. "Vos sois fuente prodigiosa que, con las aguas de vuestros favores, regáis toda la redondez de la tierra", eso decimos en la novena. Pero ¡ten cuidado de hacer de María una criada tuya al servicio de tus favores. Las aguas de sus favores no son otras que las aguas de la Gracia de Dios. María, llena de gracia. Si aún no has llegado a entender que el mayor favor que te hace la Madre es el de haberte dado un Hijo y Hermano en Jesucristo, vas mal.
La Virgen María procura agua para regar nuestro corazón seco y para lavar nuestros ojos a fin de que podamos ver la vida con más claridad. ¿No veis esto reflejado en la imagen de nuestra Virgen de la Albuera? ¿Dónde están el agua y la luz? El niño que lleva en sus manos es el “Agua viva” y la “luz del mundo”. Esto dijo Jesús a la Samaritana, mujer que vivía en sequedad y seguía buscando un agua que le saciara: “Yo soy el agua viva… El que bebe de esta agua vuelve a tener sed; pero el que beba del agua que yo le daré nunca más tendrá sed: el agua que yo le daré se convertirá dentro de él en un surtidor de agua que salta hasta la vida eterna”. … Y en otro pasaje del Evangelio de san Juan se pone en labios de Jesús: «Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no camina en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida». (Jn 812).
Contemplamos hoy la imagen de María como Fuente. Y me encanta que el autor de la novena no dijera que la Virgen de la Albuera es “agua”, sino “fuente”, dejando así el símbolo del agua sólo para su Hijo Jesús. Ella es la fuente, su Hijo el agua que mana de la fuente.
Y Jesús se hace agua viva para nosotros de modo especial en la Eucaristía, escondido en el misterio del pan consagrado. Éste don nos llega por María (la Iglesia). San Juan de la Cruz relata este misterio de Dios como agua de la fuente en un hermoso poema del que entresaco algunos versos:
Aquesta eterna fonte está escondida
en este vivo pan por darnos vida,
aunque es de noche.
Aquí se está llamando a las criaturas,
y de esta agua se hartan, aunque a oscuras
porque es de noche.
Aquesta viva fuente que deseo,
en este pan de vida yo la veo,
aunque es de noche.
Puedes imaginar a María, o a la santa Madre Iglesia, que en la Eucaristía te ofrecen lo mejor que tienen: Jesús, el Agua viva. Es una realidad que todavía vemos “a oscuras”, dice san Juan de la Cruz, es decir sólo con los ojos de la fe; pero su ocultamiento no indica su inexistencia sino la dificultad que por nuestra fe deficiente tenemos para captar claramente los misterios de la fe.
Contemplando a María como fuente; cito otra vez el evangelio de san Juan: “El último día, el más solemne de la fiesta, Jesús en pie gritó: El que tenga sed, que venga a mí y beba el que cree en mí; como dice la Escritura: "de sus entrañas manarán ríos de agua viva”. Mira que el mejor regalo que puedes hacer a tu esposo o esposa, a tus hijos o hijas, a cualquier otra persona, es el de “llenarte de agua viva”, llenarte de Jesús. Que Jesús sea la clave de tu vida; todo lo demás vendrá sólo; tu vida de sequía se acabará todo florecerá a tu alrededor: de tus entrañas manarán torrentes de agua viva. Y todos los que se acerquen a ti saldrán beneficiados.
“Regad, Señora, mi corazón para que reverdezca en el amor de vuestro hijo”, una petición para hoy. La Virgen de la Albuera riega nuestra alma y ésta reverdece y florece. No es que afuera desaparezcan las tormentas o el estío caluroso; es que en lo profundo de nuestro ser hay agua suficiente para que los elementos externos no apaguen la vida interior. Aunque a veces las hojas de una planta se sequen y caigan al suelo en otoño, no dudes de que si la humedad permanece en la hondura de la tierra, la planta volverá a verdear en primavera.
Esta
es la imagen que contemplamos hoy. María fuente de la que mana el agua de la Gracia de Dios que es Jesucristo; y brota de ella porque está llena de gracia. Quien
se llena de Dios gana en “verdor” y en frutos, y ese fruto (agua) salta con
gozo hacia los que le rodean y hacia la vida eterna.
Gózate en tu Madre de la Albuera como fuente. Acogiéndote a ella tienes en servicio de aguas (atención espiritual en Cristo) garantizado. No desaproveches la oportunidad.
San Pedro de Mérida,
19 de Abril de 2022
Casto Acedo
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