Fiesta del Bautismo del Señor
EVANGELIO
Lc 3,21-22
"Y sucedió que, cuando todo el pueblo era bautizado, también Jesús fue bautizado; y, mientras oraba, se abrieron los cielos, bajó el Espíritu Santo sobre él con apariencia corporal semejante a una paloma y vino una voz del cielo: «Tú eres mi Hijo, el amado; en ti me complazco»".
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Vida oculta
Cuando lees el evangelio de san Mateo sin hacer un estudio detenido no percibes un detalle importante, que la narración salta de golpe desde la adoración de los Magos, la huida a Egipto y el regreso (cap 2) al bautismo de Jesús a manos de Juan (cap 3). Se da un salto del nacimiento a la edad adulta sin dar siquiera unas pistas sobre el periodo de la infancia, adolescencia y juventud del recién nacido.
¿Qué ha pasado con Jesús en el periodo de tiempo intermedio, desde el nacimiento hasta la aparición en el Jordán? Sólo san Lucas narra un episodio, el de la visita que hace Jesús a Jerusalén con motivo de su primera pascua como mayor de edad, cuando al regreso se queda atrás y lo encuentran debatiendo con los maestros de la ley (Lc 2,41-51). Se trata de un texto con pocos visos de historicidad.
Tal vez la primera enseñanza de la ausencia de datos sobre Jesús en sus primeros treinta años sea la de mostrar que Dios se hizo hombre en Jesucristo y como caso todos los hombres vivió la mayor parte de su tiempo en el anonimato, sin fama ni publicidad.
Hoy nuestra primera pregunta es: ¿qué experiencias vivió Jesús en ese tiempo de su infancia, adolescencia y juventud? Y la verdad es que no tenemos respuestas concretas a esta pregunta. Con razón se llama a este periodo el de la "vida oculta" o "silencio de Nazaret", Es un gran misterio que Dios hecho hombre pase unos treinta años en ocultamiento, sometido a una disciplina familiar y laboral común a cualquiera, y sólo tres (según san Juan) o uno (según los sinópticos) de vida pública. Este gran silencio tiene algo que decirnos, también es evangelio, buena noticia.
En estos años puedes imaginar a Jesús como un niño normal, o como un joven que va madurando humanamente, aprendiendo su oficio, conociendo la realidad en la que se mueve, los problemas de su entorno; sensible a las alegrías y a los sufrimientos de sus vecinos. Podemos sospechar a Jesús en el silencio de Nazaret como una persona con espíritu contemplativo, especialmente pendiente de la vida que late a su alrededor: amas de casa, como su madre, que amasan el pan poniendo la levadura y barren su casa buscando la moneda perdida; jornaleros que esperan ser contratados al amanecer; labradores que siembran el trigo, que cosechan y limpian el grano de la paja; vecinos que llaman en la noche a pedir un pan que necesita porque ha tenido un imprevisto; pastores que pasan el día entero buscando una oveja que se le ha perdido; hacendados que construyen grandes graneros para almacenar la cosecha; novios que se casan y vecinos que fallecen y son sepultados; etc.
Los años de predicación dan a entender que el joven Jesús no vivió ignorante de su mundo, sino abierto a la realidad que bullía a su alrededor; con esa apertura de mente y de corazón adquirió una sabiduría que no dan los libros sino la vida. En sus años de Nazaret escuchó la "música callada" de Dios que en el silencio compone la sinfonía de su Reino. Contemplando la creación y los acontecimientos aprendió que nada le es ajeno al Padre Dios.
También podemos imaginar la evolución interior de Jesús. Tal como afirman muchos teólogos, Jesús de Nazaret pudo haber ido tomando conciencia progresiva de su filiación divina, hasta sentir la realidad de ser "Hijo de Dios" tan hondamente que no pudo menos que dejar su tierra para expandir por todos lados la compasión divina que desbordaba su corazón.
El silencio de Jesús y su contemplación durante treinta años de vida oculta son un ejemplo de lo que debe ser la vida de cualquier cristiano: crecer en silencio contemplativo, con humildad, abriendo los ojos a Dios y a la realidad que le rodea y en la que Dios habla, tomando conciencia de la filiación divina recibida en el bautismo, y, desde esa conciencia, empeñándose en una vida de amor compasivo para la construcción de un mundo nuevo.
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Bautismo
Hay momentos en los que se toman decisiones que cambian el rumbo de una vida. Pongamos el ejemplo de un examen de oposiciones, o el momento en que se contrae matrimonio o se da el paso de ordenarse sacerdote o consagrarse en una orden religiosa, o cuando una persona se decide a hacer un negocio o correr una aventura arriesgados. Es curioso que para expresar momentos claves de la vida, con frecuencia dolorosos, se use la palabra “bautismo”.
El bautismo supone un "paso", pasar de una situación a otra; incluso podríamos decir de un “ser” a otro. Se era estudiante, ahora licenciado; se era opositor, ahora médico o funcionario; se era novio/a, ahora esposo/a; se era seminarista, ahora sacerdote, se era un policía novato y tras la prueba de fuego de una misión real se es un policía experimentado y en toda regla. La palabra “bautismo de fuego” es usada aquí, pues, como momento que indica el tránsito de una realidad de ser a otra, y por extensión de un modo de vida a otro.
El bautismo de Jesús señaló un antes y un después en su vida. Llega un día, sobre los treinta años, en que con una madurez personal muy crecida Jesús decide lanzarse a vivir la vocación y misión para la que vino al mundo. Este día supuso un punto de inflexión. Más que un simple bautismo ritual fue el principio de un nuevo modo de vivir. Con él pasó de no ser visto a dejarse ver, de vivir un largo periodo de formación y paciencia a otro de acción y urgencia por dar a conocer el Reino o Reinado de Dios.
El bautismo que juan administraba era para pecadores que necesitaban conversión. Jesús no tenía pecado, y por tanto no necesitaba de ese bautismo. Sin embargo, realiza el gesto de “unirse a los pecadores”. Ahí, perdido como un ser anónimo entre ellos, vive una experiencia mística. Tras recibir el bautismo de Juan, “apenas salió del agua, vio rasgarse el cielo y al espíritu santo bajar hacia él como una paloma. Se oyó una voz del cielo: ´Tú eres mi Hijo amado, mi predilecto´”. Imagina el estado de gozo y plenitud de Jesús en ese momento. Y entenderás que su vida diera un vuelco desde entonces. Ha llegado el momento de salir del armario, de darlo todo, de hacer saber al mundo quién es, aunque el precio a pagar sea caro. Que lo será.
Hasta tal punto llega Jesús a solidarizarse con los pecadores, contigo y conmigo, que por amor incluso asumirá en la cruz "los pecados de todos". Las palabras que resuenan en el bautismo de Jesús podrían suscribirse con toda propiedad en la hora de la Cruz, donde la misión de Jesús alcanza todo su esplendor y el bautismo su culmen: «Tú eres mi Hijo, el Amado; en ti me complazco»". Ha cumplido la misión para la que fue enviado, devolver a la la humanidad la dignidad perdida. Si por un hombre, Adán, todos fueron privados de la gracia, por otro hombre, Cristo, todos vuelven a recibirla (1 Cor 15,22).
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La Fiesta del bautismo de Jesús es una excelente oportunidad para repensar el sentido que das a tu bautismo. O el sentido con el que bautizas a tu hijo o tu hija. ¿Significa algo ese bautismo? ¿Tiene alguna conexión con la vida? ¿Va más allá de un cumplimiento ritualista, de la participación en unos cultos? ¿Cambiaría algo en tu vida si no hubieras recibido este sacramento? Dicho más llanamente: te bautizaron con agua, pero ¿has recibido lo que algunos llaman "el bautismo en el Espíritu"? Más llanamente dicho: ¿eres cristiano simplemente porque te mojaron la cabeza y te inscribieron en un libro? ¿O tiene algo que ver Jesús y su amor en tu vida diaria? ¡Ay si conocieras el don de Dios!
Tal vez tu gran pecado sea el de la ignorancia acerca de este sacramento. Nada o poco sabes de su significado, de su riqueza, de sus potencialidades, de lo mucho que puede aportarte de cara a enfocar tu existencia. ¿No crees que, al menos por un día, merece la pena que te preguntes por esto? Tal vez descubras que tienes un tesoro en ti que ni siquiera has comenzado a aprovechar.
Siento no poder tener aquí tiempo y espacio para poder explicártelo. Bástate saber que el bautismo te configura con Cristo, te hace "otro Cristo". ¿Se puede pedir más?
Feliz fiesta del bautismo del Señor.
Enero 2022
Casto Acedo
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