Los textos del libro del Eclesiástico (27,4-7) y de san Lucas, que se proclaman este domingo, invitan a discernir la vida espiritual, a hacer una lectura de la vida bajo la atenta y amorosa mirada de Dios.
jueves, 27 de febrero de 2025
Discernir la vida espiritual (Domingo 2 de Marzo)
viernes, 21 de febrero de 2025
Amar como Jesús (23 de Febrero)
miércoles, 12 de febrero de 2025
La compasión equivocada (16 de Febrero)
jueves, 6 de febrero de 2025
En tu nombre echaré las redes (Domingo 9 de Febrero)
Subiendo a la barca de Simón, Jesús le pidió que la apartara un poco de tierra. Desde la barca, sentado, enseñaba a la gente.
Cuando acabó de hablar, dijo a Simón: «Rema mar adentro, y echad vuestras redes para la pesca».
Respondió Simón y dijo: «Maestro, hemos estado bregando toda la noche y no hemos recogido nada; pero, por tu palabra, echaré las redes».
Y, puestos a la obra, hicieron una redada tan grande de peces que las redes comenzaban a reventarse.
¡Palabra del Señor!
Sin embargo el Espíritu se abre paso en la mente de Pedro que recibe una luz que le obliga a seguir hablando: “Hemos estado bregando toda la noche ( ... ) Pero, por tu palabra, echaré las redes”. En el intermedio de las dos frases, ahí donde se abre un paréntesis con puntos suspensivos, hay un breve silencio que saca a Pedro de su desgana. En la oscuridad del desánimo un rayo de fe abre la mente y el corazón del apóstol; un kairós o instante luminoso que prende en el alma de Pedro el fuego del entusiasmo. ¿Qué pasaría por su mente y su corazón para pasar de la desgana a la esperanza y la acción? La reconsideración del mandato de Jesús, "rema mar adentro", suscita en Pedro el entusiasmo necesario para ponerse manos a la obra.
Hasta ese momento Pedro y los otros, fiados en su maestría de pecadores, habían gastado sus energías sin resultados; pero cuando salen a pescar con la seguridad de saber que lo hacen en nombre de Jesús, “puestos a la obra, hicieron una redada tan grande de peces que las redes comenzaron a reventarse”. La maestría en el oficio de la evangelización (técnicas de evangelización) es muy importante, pero si no se va en nombre de Jesús (fe, experiencia) la pesca se resiente.
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La sensación que damos en la Iglesia es la de pescadores cansados que lo han intentado todo. Hemos inventado slogans ingeniosos y organizado eventos deslumbrantes para la evangelización, hemos cumplimentado con creces la agenda parroquial y diocesana de actividades, e incluso hemos atendido a más pobres que en ninguna otra época histórica; pero sólo hemos conseguido unos pocos peces, de los cuales muchos enfermaron y otros murieron, porque lo más que le ofrecemos en el ámbito de nuestras iglesias es una pecera estrecha, humanamente muy cómoda, pero poco propicia para un crecimiento y desarrollo espiritual en profundidad. Hemos caído en la trampa de querer una Iglesia adaptada a la mentalidad mundana, afín la "sociedad del cansancio"; así llama un perspicaz filósofo contemporáneo a nuestra cultura consumista e insatisfecha
La pesca de Pedro fue abundante. La causa no estuvo en la fuerza de Pedro y los suyos. Estaban cansados y desanimados. “Hasta ahora no hemos pescado nada” ... “pero no se haga mi voluntad sino la tuya… En tu nombre, por tu voluntad, echaré las redes”. Parte esencial para el milagro de la renovación de la Iglesia es la decisión de volver a considerar la invitación a pescar que hace Jesús, la decisión de Pedro de dejar de hacer las cosas según su criterio para hacerlas al gusto de Jesús. La fuerza de Dios obra en la debilidad del misionero.
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Puedes hacer tuyo en este día un conocido texto extraído de los Sermones de san Antonio:
Hermosa oración-reflexión-meditación. Aprovecha para hacerla tuya esta semana. Y para echar las redes en nombre de Jesús.
Feliz domingo.
Febrero 2025
Casto Acedo.